Dispositivos inteligentes
Los primeros teléfonos móviles funcionaban como sistemas integrados básicos con microcontroladores que gestionaban las llamadas de voz y las interacciones sencillas a través de botones y pantallas. Con el tiempo, estos dispositivos evolucionaron para incluir funciones adicionales como agendas de contactos, despertadores y juegos sencillos. Los smartphones modernos han sustituido los microcontroladores por arquitecturas de propósito general, que ejecutan sistemas operativos como LineageOS, Replicant o Android, lo que les permite albergar diversas aplicaciones de software.
El término «inteligente» describe ahora cualquier dispositivo que haya pasado de ser un sistema integrado a ser un ordenador de propósito general, incluidos los televisores y frigoríficos inteligentes, que pueden instalar y ejecutar múltiples aplicaciones. Los modernos dispositivos de consumo de Internet, comúnmente mal llamados «routers», son también ordenadores inteligentes que ejecutan múltiples servicios como enrutamiento, Wi-Fi y cortafuegos.
El concepto de «hogar inteligente» prevé ordenadores de propósito general conectados en red en la mayoría de los electrodomésticos, lo que permitirá aplicaciones innovadoras y energéticamente eficientes y la automatización. Por ejemplo, los electrodomésticos inteligentes podrían optimizar el uso de la energía comunicándose entre sí y con servicios externos.
Las arquitecturas de dispositivos inteligentes comparten los requisitos de fiabilidad y eficiencia energética de los sistemas embebidos, pero necesitan más potencia de cálculo, lo que las hace ideales para la filosofía RISC (Reduced Instruction Set Computing). Este capítulo profundizará en esta filosofía y su aplicación en los dispositivos inteligentes.